El tratamiento exfoliante es el más básico para mantener el equilibrio de la piel. Es un tipo de masaje con unas maniobras y una cosmética específicas y resulta indispensable para renovar la epidermis y conservarla en buen estado y resplandeciente.
El proceso natural de la piel implica que las células se multipliquen, mueran y se renueven, siempre en constante cambio. La exfoliación favorece este fenómeno natural estimulando la regeneración celular y la microcirculación sanguínea de la superficie. Todo son beneficios:
- Elimina las células muertas.
- Activa la renovación celular. por lo que tiene efecto anti-envejecimiento.
- Oxigena y purifica.
- Piel con aspecto más uniforme y tacto suave.
- Al realizarse un masaje estimula el sistema circulatorio y linfático y resulta muy relajante.
- Evita el vello enquistado.
- Favorece la hidratación y nutrición de la dermis ya que la piel queda más receptiva a la acción de los cuidados que se aplique posteriormente.
- Realza el bronceado. El color se ve más intenso y uniforme.
Una piel bonita es el resultado de un cuidado continuo. Cuida tu piel, es para toda la vida.